Una forma de poder hacer frente a la aparición de estos síntomas es tratar de vivir cada momento con atención al presente. Aceptar la situación por la que estamos pasando y asumir que no tenemos el control de la misma es el primer paso necesario para
comenzar a caminar por la senda de la atención plena. El término conocido como Mindfulness, no es un terapia en sí, es una forma de vida a la una persona puede aspirar con esfuerzo y práctica.

Habitualmente nuestra mente se centra en momentos pasados o se proyecta hacia el futuro, dejando a un lado el instante presente. Este fenómeno es conocido como piloto automático, realizamos nuestras rutinas diarias casi sin darnos cuentas que las estamos haciendo; las automatizamos. Vivimos en el mundo de la prisa y la impaciencia sin prestar la más mínima atención a lo que acontece a nuestro alrededor. Ser conocedor de la existencia de dicho fenómeno y reconocer que lo cometemos es nuestra pasarela para poder segregarnos de él. Te animo a que reflexiones sobre ello y puedas poner en práctica el estar presente.

A continuación te propongo juegos y actividades que sí podréis realizar en familia para poder sobrellevar el largo periodo al que estamos sometidos al tener que estar encerrados en casa. Dichas actividades nos proporcionan recursos necesarios para poder estar en el momento presente, redirigiendo nuestros pensamientos y disminuyendo nuestro estrés y ansiedad diarios. Además desarrollan una mayor capacidad de concentración y atención permitiéndonos estar más calmados.

Esta práctica consiste en prestar atención a los sonidos que están presentes en nuestro alrededor todos los días pero que no los oímos porque no estamos en silencio. Guardando silencio durante 2 o 3 minutos observaremos los sonidos que nos llegan tanto del interior como del exterior del lugar donde nos encontremos y además prestaremos atención a los sonidos propios que podamos percibir en nuestro cuerpo. Cuando pase dicho tiempo haremos una lista de los sonidos que hemos escuchado y compararemos con el resto. Podemos realizar una grabación y después revisar todos los sonidos con nuestra lista.

El ejercicio proporciona calma y concentración al tener que mantener silencio y estar atento a los sonidos que acontecen. La práctica se realizará con los ojos cerrados para mayor concentración y manteniendo un ritmo de respiración suave.

Este ejercicio puede llevarse a cabo de diferentes formas, en función del objeto utilizado. Con vaso de agua. Sentados en círculos se va pasando el vaso lleno de agua hasta el máximo y habrá que tratar
de no tirar ni una sola gota. Con objeto ruidoso. Se realiza con algún objeto que produzca ruido (llaves, sonajero,
collar), la consigna consistirá en poder pasarse el objeto sin que realice sonido alguno. Si queremos aumentar la dificultad podemos probar con los ojos cerrados.

Un ejercicio para realizar con los más pequeños. Se realiza en la oscuridad, comenzamos contando la historia de que una luciérnaga se encuentra escondida y nos tendrán que ayudar a buscarla. Utilizaremos la luz de una linterna proyectándola en diferentes partes, apagándola si es necesario, moviendo la posición de la luz según los niños se acercan a tocarla.

Cogeremos un puñado de diferentes legumbres, por ejemplo garbanzos, lentejas y judías. Con los ojos cerrados y a través del tacto habrá que introducir cada una de ellas en el bote correspondiente.

La propuesta es que el cepillado de dientes salga de la lista de actividades que se realiza con el
piloto automático. Se trata de realizar los movimientos del cepillado de forma tranquila siendo consciente de cada uno de los gestos que componen esta actividad cotidiana y prestar atención a todas las sensaciones dándonos cuenta de lo que pesa la pasta, el cepillo, el sabor, la saliva…

Degustar con atención un alimento. Podemos realizar el ejercicio con una golosina, con chocolate, algún fruto seco o bien una fruta, y analizaremos el objeto a través de todos los sentidos. El aspecto, el color, el tacto, el olor, el ruido que puede llegar a producir y por último el sabor.

Un baño a través de los sentidos. Tomar consciencia de todas las sensaciones y percepciones que experimentamos en el momento del baño es una buena forma de realizar Mindfulness.

Se trata de prestar atención a todo lo que nos llega a través de los sentidos en el momento de la ducha estando totalmente en silencio. Tener atención plena a las sensaciones en mi cuerpo: al notar el agua cayendo, al utilizar la esponja, sentir la espuma y burbujas. Observar y notar los diferentes olores. Prestar atención a los ruidos producidos. Observar los sabores que pueden surgir en ese mismo momento. Observar todo lo que acontece mostrando atención a todo lo que veo.

Estas son algunas de las actividades que te propongo para pasar un divertido rato en familia y tratar de estar en el momento presente junto a ellos. Espero que a partir de ahora pongas en práctica la atención plena más a menudo y no te alejes del presente innecesariamente.